EL NIÑO DE LA CATEDRAL
Cuenta
la leyenda que en la hermosa Catedral de Jaén, deambula el espíritu de un niño
de entre 10 y 12 años.
Muchos
dicen de haberlo visto o de haberlo escuchado llorar, incluso se comenta que el
antiguo obispo Don Santiago García Aracil, fue testigo de la presencia de este.
Catedral de Jaén (Cortesía de blogs.ua.es) |
La
historia cuenta que en una Semana Santa en el año 1950, un niño que estaba
subido a una superficie más alta para poder ver mejor salir a Nuestro Padre
Jesús, resbaló y murió por el impacto contra el suelo.
Dicen
que cuando queda poca gente en la catedral, sobre la hora del cierre,
aproximadamente al caer la noche, se puede oír el llanto del niño repetidas
veces, que empieza desde la zona del coro y por el cual las personas de su
alrededor empiezan a notar una ráfaga de viento fría y hace que se ponga el
bello de punta. Justo en ese momento es cuando se ve a la perfección un niño
corriendo por todos los pasillos de la Catedral en dirección hacia la
sacristía. El niño lleva unos pantalones cortos con tirantes y camisa blanca.
Parece
ser que el niño tiene aprecio por la imagen de la Virgen de las Angustias porque siempre va donde está dicha imagen. Por ejemplo cuentan que cuando la Virgen está en su trono para el desfile de Semana
Santa. Muchos han sido testigos y no en pocas ocasiones, de como un niño
levanta los faldones del trono y se mete debajo, cuando la gente lo ve se
asoman corriendo para decirle que salga pero justo cuando levantan los faldones,
han visto que no había nadie debajo.
Y
cuando el guardia va a hacer la última vigilancia para ver que nadie queda aún
dentro antes de cerrar, ha visto correr hacia la sacristía como siempre a un
niño y al ir allí para decirle que no podía estar ya dentro que iban a cerrar,
se ha encontrado con que no había nadie.
Sacristía de la Catedral (Cortesía de commons.wikimedia.org) |
En
verdad, no se sabe si esto es cierto o es simplemente una historia para alejar
a la gente de la catedral cuando está cerrada. Pero lo que sí se sabe con exactitud,
es que esta historia se lleva diciendo desde antaño por toda la ciudad.
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